Colas en la librería Multicolor en Madrid. Diego Casado - Somos centro. |
La otra noticia típica ya de la vuelta al cole es la de las interminables colas en las librerías y los problemas para encontrar a veces un libro en concreto; y cómo no, la madre que se queja de los 300€ que se ha gastado este año.
Aunque no estoy seguro, me ha parecido oír en la oficina a dos colegas que comentaban el tiempo que habían perdido "borrando" los libros. Supongo que se referían borrar los ejercicios de los libros que pasan de los hermanos mayores a los pequeños... Ni idea.
A pesar de caer en la demagogia, no sé cuánto tiempo más puede seguir adelante este sistema y sobre todo estas contradicciones entre lo que técnicamente es posible y lo que realmente sucede. No me refiero únicamente a la tinta electrónica, pero también. No me extraña que los niños piensen en un ordenador o un smartphone únicamente como un juguete.
De acuerdo con que cuando no se tiene nada mejor que hacer, dar vueltas en una librería hojeando libros aquí y allá es un placer; lo mismo que leerlos tumbado en la playa por ejemplo. Aunque no he sido un buen estudiante nunca, sí que recuerdo el placer de tener libros nuevos. Sin embargo las colas en las librerías, el precio desproporcionado que cada curso los padres tienen que pagar en libros y la inutilidad de llevarlos de casa al colegio y del colegio a casa espero de verdad que tengan los días contados.
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